CARTA DE UNA CIGÜEÑA BLANCA :
Queridos amigos de Monumenta:
Me llamo Nicolasa y soy una cigüeña blanca que, desde hace algún tiempo sobrevuelo Sayago sin encontrar acomodo.
En estos tiempos difíciles que corren para todos, mi familia y yo, nos encontramos en una situación desesperada ya que perdimos nuestro hogar y al igual que a muchas familias humanas, "nos embargaron el nido". Ese nido que con tanto esfuerzo construimos Faconio y yo, rama a rama para nuestro pequeños y que nos protegía de los fríos de esa tierra sayaguesa. Ese nido desde el que oíamos el croar de las ranas en las charcas de la comarca y desde el que volábamos planeando para saciar nuestra sed y alimentarnos de los gusanos que en ellas encontrábamos. Desde él, observábamos las alamedas y los regatos correr en primavera y oíamos el tañir las campanas de las iglesias llamando a los vecinos a la celebración de la misa.
Presumíamos ante las demás cigüeñas de vivir en el lugar más privilegiado de la zona, y ... ¡miradnos ahora! desahuciados sin hogar con varias crías a nuestro cargo.
Faconio me dice que esto nos ha pasado por presumir, que nunca debe uno fanfarronear por ahí de lo que se posee y creo que debo darle la razón.
Por este gran problema en el que nos encontramos, me he decidido a escribir y a pedir humildemente al pueblo de Monumenta que tan buenos vecinos tiene, que nos permitáis construir el nido en la torre de vuestra iglesia. Sería un gran honor para esta familia de cigüeñas vivir en tan privilegiado enclave, somos aves de bien y no perjudicaríamos a nadie con nuestra presencia.
Me despido de todos vosotros con un picotazo, no sin antes agradecer vuestra atención y esperando sea oída nuestra petición.
Nicolasa y familia.
¡Enhorabuena Amparo!
Se presentó otro relato, que a continuación compartimos:
Os animamos, a que en futuras ediciones, participéis y compartáis vuestra creatividad con los Amigos de Monumenta.
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