Como estaba previsto publicamos en este blog, la Redacción Ganadora de 2008 para que pueda ser leída por todos los visitantes interesados.
Felicitamos A Miguel Angel por su estupendo ejercicio de creatividad.
A ver si se animan muchos más socios a compartir con todos sus ilusiones sobre Monumenta en 2009.
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MONUMENTA 2025
Los primero pasos por las calles, sorprenden al visitante, por la apacible mirada de los lugareños que, entretenidos en sus pensamientos, no atienden a la llegada de los nuevos visitantes. La mirada afable, el cutis curtido y el caminar tranquilo, predice que el tiempo se ha parado en este lugar tan apartado del bullicioso ruido de las ciudades.
Hola, ¿ustedes son de aquí?, preguntó el recién llegado; Claro hombre, no se nos nota, aquí no hemos cambiado, los distintos son ustedes, yo nunca salí de este pueblo, antes porque no se podía, y ahora porque no quiero. El pueblo ha cambiado mucho desde que descubrieron que el secreto de nuestra longevidad estaba en el agua. Claro ahora todo el que llega lo primero que preguntan es por las fuentes del lugar, ya les decimos que así no sirve, que el agua, como la vida hay que tomarla a pequeños sorbos, beber solo cuando se necesite, para que quieres beber sin sed. Pero llegan y ala, a la fuente. El pueblo está lleno de fuentes, pozos, abrevaderos, lagunas, todas ellas tiene un valor, según dicen ahora, pero, yo les recomiendo que paseen por sus valles, y cuando tenga sed acérquese a cualquier huerto, con cuidado saque un poco de agua de su pozo y disfrute de su sabor metálico, su sabor a tierra, pero despacio, y tome nada más que la que necesita, el secreto está en lo que disfruta, lo demás yo creo que son cuentos..
Que lugar tan curioso, decía el visitante. Si hombre, esto ha sido así siempre, ahora por lo menos estamos entretenidos con tanto visitante. Pero claro, si vd, acaba de llegar, es imposible que comprenda lo que le decía, el visitante, con sus orejas puntiagudas, atendía un poco atónito las explicaciones del lugareño, que apoyado sobre su bastón, no tenía prisa con tal de que le escucharan. –Pues sí hombre, por aquí vivimos siempre olvidados, pero cuando se empezó a difundir que este territorio era un lugar que había permanecido inalterable durante siglos, la gente empezó a venir, ahora ya casi no conocemos a nadie, pero los de aquí estamos encanados, no hay día que no se llene la plaza de forasteros, ve vd, ese lugar tan concurrido, algún día fue la escuela, después vinieron unos ilusos y montaron una, como la llamaban, si hombre, asociación cultural, cosas de los muchachos decíamos, pero mire usted, lo que hemos logrado, ahora vienen de todo el mundo, debió de ser aquel año que descubrieron lo del agua, pero como le iba diciendo, si va a parar por aquí unos días no lleve prisa, aquí sobra de todo, hasta el tiempo.
El visitante, con la emoción de llegar a un lugar tan lejano que entre las guías figuraba como “lugares cercanos al paraíso”, escuchaba con atención cada relato del lugareño, que con su mirada atenta, seguía mirando al recién llegado, que no salía de su asombro por la peculiar escena.. Pero con la emoción que da la llegada, se despidió, no sin antes asegurar, que le interesaba mucho su relato, y que estaría encantado de volver a conversar con él, ahora quería llegar al hotel, acomodarse y salir, ligero de equipaje a disfrutar de las virtudes del lugar. Hasta luego hombre, le dijo el lugareño, que seguía sentado en una espléndida piedra a la solana del atardecer. Yo de aquí no ve voy, vaya usted en paz.
La casas del lugar aparecían dispuestas de forma irregular, pero llamaba la atención, los tejados acristalados, relucientes brillantes, los puestos de artesanía que inundaban el lugar llenaban de bullicio la calle Fuentíca, las terrazas colocadas al abrigo de las fachadas hacían las delicias de los visitantes, y las casas con sus grandes puertas abiertas albergaban alegres visitantes que con su bullicio alegraban el calido atardecer de aquella tarde de verano.
Los visitantes llegaban cada fin de semana, un busca de las aguas mágicas que no quitaban la sed, pero apaciguaban el ánimo, en cada fuente del lugar, un cartel relataba la historia y hablaba de la virtudes, parecía que si te las tomaras todas podrías gozar de los placeres eternos. Peor también advertían, “no sirve llevársela, para que hagan efecto hay que tomársela en el propio lugar”. Y, debía de ser muy efectivo porque todos los fines de semana multitud de visitantes llegaban con la intención de disfrutar de tan singular lugar. Muchos se quedaban, y otros con tanta actividad se había quedado a vivir aquí, dando al pueblo un dinamismo que era enviado en toda la región.
Esto parece un cuento, pero seguro que en la sonrisa de más de uno le hará pensar, que tal vez podría ser cierto. Total, es como los sueños, se acaban cuando despiertas. Y, total soñar no cuesta nada.
Pero, quien sabe.
Monumenta, agosto 2008.
Miguel Angel Garrote Villar.
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Saludos
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