
Durante el año, se alimentaba al animal para que llegada esta época de frío (por una adecuada conservación) se procedía a su matanza. Los animales tenían entre 200 y 300 kg.
Las familias se reunían y compartían unas jornadas de alegría y fiesta, en torno a La Matanza.

En aquellos años, la matanza se realizaba en grupo, ya que se necesitaba fuerza y ayuda para llevar adelante todas las tareas. Se reunían las familias, los amigos y los vecinos y compartían trabajo, charla, bromas y chistes, y disfrutaban de unos días vividos con intensidad y en buena armonía, como ahora nosotros queremos hacerlo.

Nosotros, ahora, vamos a recuperar esta tradición para que no se pierda, emulando a nuestros antepasados, y con gran ilusión nos disponemos a vivir unos días de unión, alegría y fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario